EL QUE DEFIENDE DELINCUENTES, TAMBIÉN ES UN DELINCUENTE
Anoche, tras conocer la noticia de los compañeros ASESINADOS en Barbate
(Cádiz), no fui capaz de conciliar el sueño.
En mi mente sólo se repetía una y otra vez la imagen de una pequeña
embarcación de la Guardia Civil dando vueltas sobre sí misma mientras una
narcolancha, infinitamente más grande y potente, jugaba con ella a su antojo.
No podía dejar de escuchar los vítores de los desgraciados que jadeaban a los
traficantes aún cuando pasaron por encima de mis compañeros provocando la
muerte, de momento, de dos de ellos.
Aún sentía más impotencia porque TODOS los que estaban allí sabían lo que
ocurría. La zodiac de la Guardia Civil estaba plenamente identificada, luciendo
su rotativo azul. Ese que antiguamente imponía autoridad y que ahora,
desgraciadamente, sirve de objetivo.
Lo del campo de Gibraltar no es nuevo. Lo que no es habitual, hasta ahora, es
que el resultado sea el de muerte, aunque cada vez la probabilidad es más alta
y los intentos más habituales y eso, solamente tiene una explicación que no es
otra que la impunidad con la que se sienten los delincuentes y la desprotección,
tanto material como judicial, que tiene la Policía y Guardia Civil.
Hasta en algún video publicado en redes sociales se escuchan comentarios de
personas que no entienden que la Guardia Civil se enfrente a semejante
gigante con una embarcación de risa. Llegan a decir “No le ha dado de milagro,
le va a dar seguro”. “Los van a ventilar”. ”Y esa es la Guardia Civil, con esa
lancha de mierda? Pues lo que tienen, que van a hacer? Si no tienen otra cosa
aquí”. Estas frases las dicen unos marineros gallegos desde una embarcación
pesquera atracada en el puerto. Llama la atención cómo, hasta ellos mismos,
tienen conocimiento de que “No tienen otra cosa”. Si lo saben ellos que no
sabrán quienes nos mandan.
Como dicen por ahí, “uno no va a la guerra con lo que le gustaría tener sino
con lo que tiene” El problema es que, a esta guerra, o a la batalla de anoche
que estaba perdida antes de empezarla, los manda alguien que sabe que no
había nada que hacer. Que los malos ya no paran los motores ante el grito de
“alto Guardia Civil” sino todo lo contrario. Insisto, se sienten impunes, al
contrario que los agentes que, antes de hacer uso de los pocos medios que
tienen a su alcance, deben hacer inventario de consecuencias posteriores. No
jugamos la misma liga. No tenemos las mismas reglas. Este partido lleva
amañado muchísimo tiempo. No podemos ganar. Así NO.
Ayer, esos compañeros se levantaron de la mesa, después de comer con sus
familias y se fueron, de nuevo a servir hasta que, unos ASESINOS decidieron
que ese iba a ser el último día de sus vidas.
No dejo de pensar en que se fueron de este mundo, podrido, escuchando los
vítores de verdaderos hijos de puta que se alegraban de lo que estaba
ocurriendo. Pensando, ¿Qué hemos hecho para que nos odien así?
Y yo me pregunto:
De verdad, ¿merece la pena?
¿No dan ganas de decir, ahí os quedáis y cuando realmente queráis solucionar
esto ya sabéis donde estamos?
No me voy a extender más porque la noticia de ayer me ha afectado más de lo
habitual y escribir esto me está costando. Duele.
Desde pequeño, cuando ETA pegaba fuerte, mi madre nos decía “Si alguna
vez a tu padre le ocurre algo y yo no estoy en condiciones de reaccionar, no
quiero a ningún político en el funeral”. Ojalá hoy tengan la vergüenza de no
aparecer y que, si lo hacen, alguien les invite a marcharse por donde han
venido. No están nunca, que no estén ahora.
Termino como empecé. “Quien defiende a los delincuentes se convierte en
delincuente” Estas leyes y esta forma de maniatar a los agentes es defender a
delincuentes. A buen entendedor, pocas palabras bastan.
“Lo demandó el honor y obedecieron,
lo requirió el deber y lo acataron.
Con su sangre la empresa rubricaron,
con su esfuerzo la Patria redimieron.
Fueron grandes y fuertes,
porque fueron fieles al juramento que empeñaron.
Por eso como valientes lucharon
y como héroes murieron.
Por la patria morir fue su destino.
Querer a España, su pasión eterna,
servir en los Ejércitos su vocación y sino.
No quisieron servir a otra bandera,
no quisieron andar otro camino,
no supieron morir de otra manera”.
Descansen en paz.